El Tinglado de los “Mandalas” Estelares, y la Invasión Extraterrestre.

Publicado en por Ciencia-ficción Sospechosa

Ícono ExopolíticaEl Tinglado de los “Mandalas” Estelares, y la Invasión Extraterrestre.

Dr. Luis Ignacio Hernández Iriberri.

“Identificados”, Revista de Exopolítica.

http://identificados.over-blog.com/;

La Tierra, ≈19ºφN, 99ºλW; 21 feb 11.

 

Bien, pues a reserva de que se proporcionen pruebas en lo contrario, nuestros “Centinelas Estelares α”, no son más que “pegotes en las armillas del modelo del cielo”, simples “Fantasmas”.

 

Si abandonada esa hipótesis de objetos extraterrestres nos libera de un peso, ello se traduce entonces en una afirmación: hay, ciertamente, una actividad “conspirativa”.  Ello, visto en el fondo, nada tendría de extraño, pues los grupos de poder no van a estar ahí pasivos y contemplativos; mucho menos ellos, por lo contrario, es justo esa actividad política sin escrúpulos precisamente la que les ha dado ese poder.

 

Esos grupos existen, elaboran esos planes (hay más de lo que hemos expuesto, pero no queremos caer en el culto a la “conspiranoia”), pero de ello no se sigue el que estén “controlando el mundo” a su voluntad, si bien esos sean sus delirios.

 

El asunto no es qué hacen ellos, esos grupos de poder, que están naturalmente en lo suyo; sino qué hacemos nosotros, qué hacemos como sociedad.  Expresado así pareciera ser suficiente, pero no nos permite ir más allá en la comprensión de qué hace (ni siquiera aún en el supuesto de que realmente fuese un encuentro con otra civilización).  La terminología a no pocos les podrá parecer en desuso, pero el asunto es que esos grupos de poder no son mas que la élite de toda una clases social.  Entender sus mecanismos de poder, las formas como lo obtuvieron y la manera que lo van a perder, no va por el lado del esoterismo, sino por el lado del análisis económico-político.  Lo que se le contrapone, no es la “sociedad”, en esa abstracción tan enorme, sino el proletariado como clases social, por lo menos en una abstracción menor.  Y he aquí lo verdaderamente importante: las medidas y acciones de unos, no son sino reflejo de las medidas y acciones de los otros; y cuando percibimos ya lo descomunal de ello, no podemos mas que preveer el enorme riesgo de su choque en la misma proporción.

 

El problema, en el fondo, es que esos grupos de poder, en su demencialidad, bien pudieran estar dispuestos a que después de ellos, lo que quede, sea nada.  Y al mismo tiempo, esto lo podremos entender intelectualmente aquí, pero ello no significa un ápice en la lucha social, pues cada cual hará lo suyo y lo que tenga qué hacer.

 

Es curioso, un misoneísmo de la gran masa social, descalificaría esos términos interpretativos, pero el caso es que los mismos del poder, son los primeros en entenderlo así, tal cual, como una lucha de clases sin piedad; lo que hacen, justo lo hacen por ello.  No sólo se preparan para luchar contra ese proletariado mundial que ha empezado a moverse nuevamente, sino ponen todo en juego para luchar contra el avance de la historia, que ya les tiene asignado un lugar.

 

De ahí la importancia de haber encontrado esos reveladores objetos con todas las trazas de ser virtuales, y de entender su contexto, para contribuir con lo nuestro a desmontar su tinglado alienante.

 

La Meca de esos poderosos oligarcas, principalmente está en los Estados Unidos, y geográficamente, al sur, está ese territorio; de antiguo, cuando las soberanías de las naciones, cuando el patrioterísmo de sus fronteras, cuando el ostracismo de sus identidades; llamado México.  Esos oligarcas, con toda la información, conocedores del ineludible movimiento de la historia, ya hace más de una década se empezaron a preparar para los acontecimientos que inconteniblemente se nos vienen encima aquí; y comenzaron a levantar entre su territorio y el de México, eso mismo por lo que tanta alharaca hacían cuando el Muro de Berlín; y extrañamente, contra toda lógica de la operatividad del Estado, comenzó la mercadotécnica “guerra contra el narcotráfico”.  Ahora, recién, comienza a explicarse la razón: desde la Secretaria de Estado de los Estados Unidos, el Subsecretario de la Defensa, hasta el Director de los Servicios de Inteligencia, de septiembre de 200 a la fecha, han venido haciendo declaraciones de alerta contra la “insurgencia del narco”; ante la posibilidad de la “toma del poder por el narco”; y lo último, ante el hecho de “la infiltración de Al Qaeda y las huestes de Bin Laden en el narco mexicano”; y sin reserva alguna, ante la sospecha –dado el principio de la “guerra preventiva”–, ya avisaron de su inevitable intervención militar en México.

 

Pero todo ello no es otra cosa que Julio Cesar concentrando sus legiones en la Galia ante el inevitable asalto de los bárbaros al limes romano (ese otro antiguo muro del miedo de los poderosos).  Y no es necesaria ninguna cartomancia, ni profecía; ya de las Escrituras o de las Estelas mayas alguna, ni es asunto de interpretar a Nostradamus, para entender lo que, justo a partir de mediados de 2012, va a suceder aquí, y que inevitablemente va a propagarse al mundo.  Esos grupos de poder saben perfectamente lo que va a suceder aquí, y sus profetas, pletóricos de misticismo, lo han venido anunciando para confundir a las masas y atenuar los riesgos.

 

El problema es de tal magnitud, que el tinglado de los “mandalas” en el espacio extraterrestre y la invasión de nuestro planeta, precisamente esté preparado para ello.

 




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